viernes 19 de abril de 2024 - Edición Nº2298
Gaceta Fueguina » Nacionales » 6 dic 2018

Sociedad

La inflación de este año le impacta más a los pobres

Las subas de precios del 2018 golpearon, especialmente, en alimentos y transporte. Financiamiento más caro y ahorro nulo son otras de las causas que explican esta situación.


Si se toman los datos del último Índice de Precios al Consumidor, los rubros que más crecieron fueron el transporte y los alimentos, que pegan fuertemente en los sectores de menores recursos.

"La inflación que tuvimos en los últimos meses, que está impulsada por la crisis de balanza de pagos y el ajuste sobre el tipo de cambio, impacta sobre todo en los bienes transables y los alimentos son muy transables", explica el economista de la consultora Ledesma Gabriel Caamaño Gómez. Decir que un bien es más transable que otro significa que es más exportable, por lo tanto, su precio está más atado a la cotización del dólar, aún en los casos en que se produce en Argentina.

 

"Argentina exporta lo que comen sus sectores populares", amplía Caamaño Gómez.

Es común ver que los sectores de menores ingresos son aquellos que destinan mayor parte de su dinero a la compra de alimentos, dado que no tienen capacidad de ahorrar y, menos aún, acceder a bienes suntuarios, como los que sí pueden comprar los sectores medio-altos.

Este salto diferencial en la inflación se puede observar en el Informe de Precios y Salarios que realiza el Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET) de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET). Si uno compara los precios de octubre de este año contra los de octubre del año anterior, en 12 meses los precios de la canasta que consumen los asalariados con menores ingresos crecieron un 52,3%, mientras que los productos de los sectores que más dinero cobran subieron un 47,2% interanual.

Para ejemplificar un caso puntual de por qué el impacto es mayor en un grupo socio económico que en otro, Caamaño Gómez toma un producto en particular: El valor de una papa "Las personas de menores recursos compran papa negra, cuyo valor es más transable que el de la papa blanca, que tiene valor agregado de aquellas personas que limpian la papa. Por ello, la papa negra sube más que la blanca. Es decir, los productos industrializados localmente suben, en proporción, menos que los que no tienen agregador de valor".

Otra muestra de este aumento diferencial de los productos sin elaboración, por encima de los productos elaborados, es que la harina y el aceite lideran el alza en el precio de los alimentos.

Además, el economista señala que no en todos los años inflacionarios sucede lo mismo: "No es un hecho lineal que el aumento generalizado de precios afecte en mayor proporción al más vulnerable. En años en que tenés inflación pero con apreciación del tipo de cambio y déficit financiado con emisión, puede darse que los alimentos no crezcan tanto como los productos que consumen los sectores de mayores ingresos".

Diferencias en el ahorro

Más allá del caso puntual de los alimentos, existen otros aspectos que explican que la inflación tenga más fuerza cuanto menores recursos tiene la persona. Uno de ellos es el factor ahorro: "La clase media o media alta ahora suele ahorrar en dólares, entonces la devaluación hasta pueda dar una una especie de efecto riqueza. Los sectores más pobres no obtienen ese beneficio, en términos patrimoniales, de la suba del dólar" explica Martín Alfie, director de la consultora Radar. Por otra parte, los sectores más pudientes, acostumbran tener acceso a mecanismos de ahorro más sofisticados, que permiten atenuar el impacto inflacionario.

En tanto, en este año de tasas por las nubes, el costo del financiamiento también marca un diferencial entre las distintos estratos. "Los sectores más vulnerables viven más el día a día y si no llegan a pagar alguna cuenta tienen que caer en estos canales de créditos más, informales, que les cobran tasas usureras, que pueden ser de hasta 200% o 250%. Mientras las personas con mayores ingresos, en caso de tener que financiarse, tienen acceso a tasas mucho más bajas”, afirma Alfie.

El transporte

Otra cuestión no menor a la hora de diferenciar la inflación de uno y otro sector es el incremento en el transporte público, que tiene una incidencia mucho mayor en el gasto del grupo familiar de menor ahorro que en el de mayor. Según el Indec, el transporte es el rubro que más creció en lo que va de 2018, con un alza del 58%. Luego vienen los alimentos, que acumulan un incremento del 43,7%.

En ambos rubros, las subas superaron al IPC global, que hasta octubre había alcanzado un 39,6%. Esto se debe, en parte, a que otros rubros, que tienen mayor preponderancia en la canasta de sectores medios y altos, estuvieron por debajo de ese número: por ejemplo, enseñanza privada (29,3%), hoteles cafés y restaurantes (32%), ocio y cultura (36%) o medicina privada (35%).

Donde sí sufrió un impacto por la devaluación el consumo de los deciles de mayores ingresos es en los precios de los viajes al exterior, particularmente sensibles a la suba del dólar. No obstante, a diferencia de la compra de alimentos, este tipo de adquisiciones pueden ser postergadas para un momento más pertinente.

Jubilados

Según la medición de UMET, quienes también tuvieron una inflación mayor a la global fueron los jubilados. En el caso de los mayores adultos, la institución calcula que el incremento de precios octubre 2018 contra octubre de 2017 fue del 51,5%. "La razón principal de la inflación más intensa de los jubilados estriba en el mayor peso relativo de alimentos, salud y servicios públicos en sus canastas de consumo, cuyos precios subieron por encima del resto en el último año", aclara el informe.

Por otra parte, Nicolás Trotta, rector de la UMET, le explicó a PERFIL: "Esperamos un brusco crecimiento de la pobreza por la caída del valor de compra del salario y también por el crecimiento de la desocupación".

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