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Gaceta Fueguina » Nacionales » 4 abr 2018

El Irizar se despide de Ushuaia luego de una campaña de cincuenta días que lo llevó a la Antártida después de 10 años

El comandante del buque, capitán Maximiliano Mangiaterra, aseguró que “venir a Ushuaia para nosotros es muy importante, es nuestro punto de apoyo logístico para ir a la Antártida”. Luego de 50 días, parte rumbo a su apostadero en Buenos Aires.


El rompehielos "Almirante Irizar" hizo amarra esta semana en el puerto de la ciudad de Ushuaia, desde donde partirá  a Buenos Aires, después de su reingreso al servicio activo tras el incendio que sufrió en 2007 mientras regresaba de la campaña anual al Continente Blanco.

El emblemático barco de la Armada Argentina, que transporta a los científicos para las investigaciones antárticas durante la campaña de verano y los víveres para las bases, fue escenario esta mañana de un acto con la presencia de veteranos y familiares de caídos en Malvinas, recordando el 2 de abril de 1082, recordando el conflicto bélico del cual formó parte como buque hospital.

El comandante del Irizar, capitán de fragata Maximiliano Mangiaterra, señaló en Fm Aire Libre que “estamos contentos de estar en Ushuaia finalizando ya la campaña antártica y con esta distinción de tener a bordo a veteranos que siempre fue la casa de ellos, este buque estuvo participando en el conflicto del Atlántico Sur inicialmente el 2 de abril y luego constituido como buque hospital, así que tenerlos a bordo es un honor”.

“Ushuaia es para nosotros el punto de apoyo logístico para ir a la Antártida, ya lo hicimos la vez pasada cuando vinimos a hacer la prueba de hielo que fue un hito importante en el historial del buque, después de diez años de aquel siniestro en el año 2007, venir a la ciudad de Ushuaia para hacer la prueba de hielo en octubre y recordando que estuvimos para el aniversario de Ushuaia al que vino una multitud y fue bárbaro para que todos puedan ver el nuevo Irizar con todas sus modificaciones y la modernización”, indicó.

Respecto al trabajo realizado en el Irizar y las reparaciones que se extendieron por varios años, el capitán del buque señaló que “el buque desde su incorporación en el año 1978 que fue cuando afirmó el pabellón, los buques tienen una gran vida útil, obviamente con el siniestro del 2007 se repensó un refit de media vida mucho más importante que era una modernización y reconstrucción del buque”.

“Hoy estamos hablando de un buque moderno con tecnología de punta, con toda una planta propulsora y sistemas auxiliares todos nuevos, trece laboratorios cuando el anterior Irizar tenía solo uno, equipamiento de navegación electrónica de última generación. Estamos hablando de un nuevo Irizar con capacidad de rotura como fue construido con su potencia de máquinas para hacerlo más importante que es el abastecimiento de la Base Belgrano donde sí o si se requiere un buque de este tipo que es un rompehielos”, detalló.

Además, la capacidad de personal también se ha extendido a requerimiento, al tener más laboratorios. “Antes tenía una capacidad máxima de 250 tripulantes, y hoy llegamos a los 320 tripulantes, es interesante la capacidad científico que puede embarcar y todo el personal de recambio para las bases antárticas”, indicó.

En cuanto a la navegación en la Antártida precisó que “requiere de información previa que hoy en día con toda la tecnología aplicada de los satélites uno ya sabe cómo evoluciona el campo de hielo y por dónde se encuentra. La premisa de la navegación antártica es evitar el hielo, no es que uno rompe hielo por placer. Lo que se hace es, en función de esa tecnología, verificar cuáles son las zonas de aguas más libres, pero por ejemplo en la Base Belgrano que está en el mar de Weddell, está en un campo de hielo permanente congelado, donde se utiliza este buque que puede romper campos de hielos de hasta seis metros de espesor que lo hace mediante un proceso de embestida, que fue lo que hicimos en Belgrano y que a veces sucede en las Bases Marambio y San Martin que son las que más dificultad tienen desde el punto de vista náutico”.

Mangiaterra detalló que “generalmente lo que se hace es el cruce del Pasaje de Drake que es la confluencia de los dos océanos, el Pacífico con el Atlántico, donde hay aguas que generalmente tienen mar grueso por vientos permanentes que soplan con buena intensidad. Ese pasaje se hace en dos días hasta llegar a aguas donde se puede navegar con más tranquilidad y nos encontramos la primera base Antártica al norte de la península antártica. Lo que requiere unos 30 días de navegación es la base más Austral que es la Base Belgrano en una zona de difícil acceso por el hielo”.

Esta campaña se hizo en dos etapas largas de casi 50 días. “Eso fue lo que hicimos con el buque en esta oportunidad”, añadió.

Finalizando el paso por Ushuaia que forma parte del cierre de las campañas antárticas, se encuentran ahora realizando tareas de trasbordo de cargas en el transporte de la Armada. “Mañana estamos zarpando para regresar a Buenos Aires donde tiene su apostadero habitual, luego va a continuar haciendo los mantenimientos en el astillero Tandanor y una vez que el buque arriba se empieza a planificar el alistamiento para la próxima campaña antártica”, contó.

Finalmente señaló el orgullo que significa ser el capitán del Irizar. “Me ha tocado ser comandante en este momento que para nosotros es emocionante después de diez años volver al mar, nosotros siempre decimos que los buques son una masa de hierro de acero naval inanimada pero que cobra vida con la tripulación, para nosotros ser parte de la tripulación con toda la historia que tiene este buque es una gran satisfacción y un orgullo enorme desde el punto de vista profesional y personal”, cerró.

 

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