Se especula que la misión del representante del jugador es pactar una salida “amistosa” del club catalán, con el cual tiene aún un año más de contrato, mientras que el dirigente le ofrecería una renovación.

Cabe destacar que ambas partes mantienen posturas opuestas. Mientras Barcelona defiende que Messi solo puede irse si paga los 700 millones de euros de la cláusula, por el lado del jugador interpretan que el vínculo ya no está vigente y están habilitados para dialogar con los clubes interesados en el futbolista.

Bartomeu y los servicios jurídicos del Barcelona estarían tranquilos con la redacción del contrato ya que entienden que la cláusula de escape expiró el 10 de junio y no es extrapolable al final de temporada en agosto obligado por la pandemia de coronavirus.

Por su lado, Jorge Messi le insistirá a Bartomeu que considera extinguido el vínculo de su hijo con el club al interpretar que está en los plazos tras acabar la temporada cuando lo comunicó el martes pasado y la intención inicial es dejar el club sin costo y lograr de la FIFA un tránsfer provisional para irse a otra entidad.

Lo que ocurra en la reunión será seguido de cerca tanto por el Manchester City, el PSG y el Inter, clubes que sueñan con contratar a Lionel Messi.